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30 ago 2021

por Ana Carolina

ilustración de portada: Mariano Grassi

Algunos Hitos

De la payasa travesti, lxs reidorxs pagos de Moria y los límites del humor

La comediante Ana Carolina reflexiona sobre el artificio de la risa paga, a propósito de una histórica incursión de la célebre Batato Barea a los pantanos patriarcales de la TV de los albores de los noventa.

Una colega nos envió de regalo un enlace a un video de 1991 que subió Peter Pank a YouTube. En el video Batato Barea está en el programa de televisión A la cama con Moria que salía por Canal 9 Libertad, uno de los cinco canales de aire de ese entonces.

Batato Barea es una leyenda de la comedia under, payasa travesti que vivía en el barrio y cuando la veía en el colectivo me hacía bien, no se como explicarlo mejor. Un regalo hermoso que me hizo mi mamá en 1989 fue llevarme al teatro a ver la gran noche de Niní Marshall. En el escenario aparece Batato y ¡hace reír! Ahí me enteré que ADEMÁS de ser travesti era payasa y la seguí adorando de lejos en el colectivo camino a la escuela.

La calidad del video es pésima. Batato entra, se saludan con un tet-a-tet de pechugas, es que Batato estaba chocha con sus tetas, le da un regalo a Moria, "gracias", lo abre, lo muestra y Batato le dice que no es porque están ahí en la cama ni por nada así mientras hace un gesto, “un plátano”, interrumpe Moria, sino porque “vos me dijiste que yo era la mona de Portal”.

Otro programa humorístico de esos años se llamaba Noti-Dormi, salía por Canal 7 Argentina Televisora Color y era co-conducido por Raúl Portal y una mona tití llamada Darwin. De ella hablaba Batato, y como Moria le había dicho “vos sos la mona de Portal”, Batato (que es una payasa) le llevó una banana de regalo con un envoltorio pipí cucútre más cutre que pipí. Mientras la guarda, Moria dice “me fascina la banana” y al toque escuchamos que estallan unas risas ¿quiénes ríen? ¿son reidores pagos? ¿son quienes estaban ese día en el estudio? ¿son los técnicos? No sabemos, no se ven, pero los escuchamos.

Como a mí me gusta hacer reir, y a veces me sale la magia de que me paguen por hacerlo no es extraordinario que me pregunten por “los límites del humor”, la respuesta que me gusta proponer es que, para mí, el límite del humor es la ausencia de risa. Bueno, después de ver ese video me quedo pensando en la presencia de la risa.

De dónde vienen las risas

Las risas están cuando Moria abre el paquete, no bien vemos que es una banana escuchamos risas. Si vemos la entrevista entera vamos a escuchar risas también cuando Moria le pregunta si trabaja de copera y Batato responde de mesera. Cuando le pregunta "¿cuáles fueron tus inicios?" queda un silencio hasta que Moria dice “artísticos” y escuchamos las risas. Cuando Batato apunta con dedo certero a los pezones propios y ajenos cada vez que el poema de Fernando Noy que recita dice “punta de madera”. Y cuando Moria le pregunta "¿qué tenés en la mano?". Risas.

Batato dice que esta emisión de A la cama con Moria sería su primera relación lésbica y escuchamos las risas. Con vos y con otra chica dice Batato y escuchamos las risas esas que no sabemos de dónde vienen y Moria también se ríe y Batato sigue armando una lista de fantásticas amantes. (Gracias Batato por dibujar el paisaje de esa orgía en mí).

Yo me la juego y digo que esas risas son reidores, personas cuyo trabajo es reírse no necesariamente cuando les parece gracioso sino cuando les indican, un grupo pequeño bien microfoneado y alejados de la acción, para que sus risas entren a la consola por el canal que dice “risas”.

Me la juego en apostar que son reidores porque hay otros momentos en los que además de esas risas hay aplausos. Y en esos momentos Moria además de tirar la cabeza para atrás mira atrás de cámara, se tapa la cara con las manos y escuchamos mucha mucha risa.

¿De qué se ríen? Quienes “están ahí” se ríen de lo que está haciendo Batato y cuando ríen los reidores pagos es porque el guión de A la cama con Moria lo indica: las pechugas, la banana, las coperas, el debut, los pezones, las lesbianas, todo lo que entre en el imaginario de la cama. Sí, es probable que a los reidores pagos también les cause gracia la payasa que anuncia un truco de magia que no tiene nada ni de truco ni de magia. La ven en un monitor chiquito.

Batato es una gran payasa. Hace reír a pagos, impagos y también a quienes pagan por reír.

Vuelve a pasar cuando Batato cuenta qué personaje interpreta su madre Nené, nombre artístico Nené Bache, en la obra Escándalo. Esa parte es cuando quienes “están ahí” más se ríen, Moria ríe y se lleva las manos a la cara. Y no escuchamos a los reidores, tal vez porque nos estamos riendo también y nosotros ¿de qué nos reímos? Yo me río de cómo Batato dice lo que dice porque lo que dice es brutal. También me reí cuando Moria le pregunta “¿es cierto que estás lista para entretener a los marines?”. Batato responde: “Es cierto que estoy en una lista, sí”.

Que el trabajo de mesera es agotador, "No lo hagan", advierte mirando a cámara. Y quienes están ahí trabajando se ríen primero, las risas de quienes trabajan de reír llegan un poco después. Son las risas que están ahí a la mano del director para señalarnos cuando es chiste y con la presencia de la risa certificar que lo dicho fue un chiste y por lo tanto ¿exime de responsabilidad ante cualquier daño a quien lo diga permitiéndole decir cualquier cosa? Un poco sí, es lo que sucede, se pega la etiqueta de comedia, se facsimilan estéticas, y voilá: HA DE SER comedia y, así, odiosos discursos son pronunciados y reproducidos y quedan pululando en el aire aún cuando nadie que haya estado ahí se esté riendo. El chiste ¡que concepto! Controlar la risa ¡que peligro!