medios, internet y política

Sorry, your browser does not support inline SVG.
11 mar 2022

por Agustina Frontera

Ilustración: Rero

Quinto poder

Error 404 ¿Por qué borraron la columna de la editora de género de Clarín?

El diario Clarín borró de su versión web una columna de opinión de su editora de género, Mariana Iglesias, en la que señalaba la desinformación y discriminación de la emisión del 8M del programa de Viviana Canosa en A24. La censura, intolerable en todos los casos, en este caso se agrava por tratarse de una editora de género.

En el Día Nacional de la Lucha contra la Violencia de Género en los medios de comunicación el diario Clarín borró de su archivo web una columna escrita por su editora de género, Mariana Iglesias. La columna se titula Viviana Canosa y el lado del mal y hace referencia a la emisión del 8 de marzo, día internacional de las mujeres trabajadoras, del programa que la conductora lidera en el canal A24.

Como en otras ocasiones, la periodista Viviana Canosa encarnó una posición antigénero y antifeminista que si bien despertó rechazo no causó sorpresa, porque es posible encontrarla en discursos políticos legitimados por el voto y que ingresaron al Congreso nacional en las últimas elecciones. El discurso antifeminista está articulado de forma transnacional y en el ámbito local tiene ramificaciones que incluyen al poder político de los partidos de centroderecha. Contrario al avance en materia de derechos sexuales y reproductivos, los derechos a la identidad de género autopercibida y al matrimonio igualitario, entre otros derechos, el discurso antigénero empalma y se superpone con el discurso negacionista de los crímenes de la Dictadura cívico-militar y con uno neoliberal y meritocrático. Todo esto representa Viviana Canosa, activa militante en contra del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo. Escucharla insultar a les militantes (organizadas y ocasionales) que marcharon el 8 de marzo en reclamo de justicia, igualdad y derechos humanos para todos y todas no sería noticia si no fuera por la intensidad de las ofensas que impartió la ex panelista de programas de chimentos devenida en comentarista política. Sobre esta violencia simbólica que Canosa ejerció en el horario central de A24 escribió la Editora de género del diario Clarín, Mariana Iglesias.

La leyenda del error.

El texto breve de Iglesias hacía o hace foco en la reiterada incursión de Canosa en la desinformación y discriminación y en la necesidad de que la emisora responsable por los contenidos antidemocráticos se haga cargo de la falta mediante algunos de los mecanismos institucionales establecidos para eso. Los lectores de Clarín y de redes sociales de inmediato levantaron la voz a favor de la libertad de expresión de la conductora y de cualquiera que quiera agraviar. Compartieron la imagen de un control remoto como símbolo de la autonomía de cualquier espectador para tomar la decisión de no oír el mensaje violento. El derecho a la comunicación y a una vida libre de violencias es para esta posición un asunto de elección individual. Los defensores de la libertad de expresión y los detractores del feminismo, coinciden en un mismo escenario, una vez más. Si no te gusta no lo mires, no lo escuches. Esto es lo que marca la nota de la periodista feminista y editora de género de Clarín: no se puede decir cualquier cosa, hay límites. Pero sucedió una paradoja.

El mismo medio que compartía la crítica hacia los dichos burlones y ofensivos de la conductora —sin mediar aviso ni explicación— eliminó el contenido. La militancia feminista en redes rápidamente levantó el caché del artículo y aún es posible leerlo en línea en este link. El diario que señalaba de forma crítica a la violencia mediática, terminó replicando la violencia mediática: directamente eliminó el contenido crítico. La leyenda que cualquier lector ahora puede ver cuando accede a la columna es Error 404. En redes sociales y en la conversación pública circula una pregunta: ¿qué intereses defiende Clarín que le llevaron a eliminar este contenido? ¿Alguien levantó el teléfono? La pregunta del activismo feminista en la comunicación es: ¿con qué argumento el diario Clarín humilla y desprestigia a su editora de género, cuál es el rol que el grupo de medios que se jacta de ser independiente le da a las editoras de género?

La figura de Editora de género irrumpe en nuestro país en junio de 2019 con la designación justamente de Mariana Iglesias con ese cargo, en el diario Clarín. A los pocos días Infobae incorporó a Gisele Sousa Días. También contamos con editoras en la agencia Télam, Silvia Molina, y en medios regionales, como en el diario Río Negro, a cargo de Laura Loncopán Berti, como Gabriela Pellegrini en Chaco TV. El antecedente internacional en el desarrollo de estas funciones fue el nombramiento, el 30 de octubre de 2017, de Jessica Bennett como Editora de género del New York Times. La periodista fue designada tras las repercusiones de las denuncias por abuso sexual hacia el empresario hollywodense, Harvey Weinstein y los ecos del movimiento #MeToo. La Defensoría del Público promueve el accionar de las editoras de género y las políticas afirmativas.

Además Argentina tiene una extensa militancia transversal de las periodistas mujeres y feministas: en 2021 se aprobó la Ley de Equidad de género en medios de comunicación, una iniciativa que busca cerrar la brecha de género en los medios de comunicación públicos y privados. Una ley que, durante los debates en comisiones, fue resistida por los grandes grupos mediáticos; el argumento explícito era la supuesta manipulación de la pauta estatal que el articulado preveía, sin embargo no pudo descartarse que una razón de peso para oponerse haya sido también la reticencia a acompañar los avances del movimiento de mujeres y feminista en materia de comunicación. La ley significaba volver a hablar de un debate silenciado: el devenir de la llamada Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. La Ley de equidad de género en los medios de comunicación no sólo se trata de equilibrar un aspecto cuantitativo (apenas el 30% de les trabajadores de medios son mujeres, y no se cuenta con estadísticas sobre personas trans ni diversidad sexual) sino de lograr incorporar de manera definitiva la perspectiva de género en la comunicación, un esfuerzo que desde diversos espacios las comunicadoras feministas vienen alentando, y que tiene un mojón en la incorporación de la perspectiva de género a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. La misma Defensoría del Público es parte de este proceso de democratización de los medios con mirada de género. El espíritu de la Ley de equidad, aprobada pero aún no reglamentada, es que los medios de comunicación aceleren el proceso de igualdad e inclusión que, según los cálculos del Monitoreo Global de Medios de 2021, sin políticas públicas direccionadas terminará de producirse recién en 67 años.

El repudio a la censura de Clarín recorre el debate público. Desde diversas organizaciones de mujeres, feministas y de prensa están juntando adhesiones para que el mensaje sea colectivo y elocuente contra lo que, hasta que no medie explicación por parte del diario Clarín, parece lisa y llanamente una defensa corporativa y un disciplinamiento a las periodistas feministas.