medios, internet y política

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22 mar 2022

por Daniela Levy Hara y Franca Boccazzi

Ilustración: Juan Dellacha

PRODUCCIÓN ESPECIAL: Medios y dictadura

La cara civil de la dictadura sigue escribiendo noticias

Una ex detenida desaparecida obligada a brindar un testimonio falso sobre su hijo, también detenido; un fotógrafo a cargo de retratar a la madre arrepentida y un abogado a cargo de defenderla. Y un periodista fantasma acusado de colaborar con las Fuerzas Armadas, que todavía sigue ejerciendo el periodismo.

Corría junio de 1979 y la comisión Interamericana de Derechos Humanos tenía la mirada puesta sobre el terrorismo de estado de la dictadura argentina, cuando Eduardo Scola, un joven periodista de una revista de modas, escuchó de parte de su jefe: "Tenés que ir a hacer un reportaje, se trata de una subversiva arrepentida".

El jefe era Agustín Botinelli, la publicación, la revista Para Ti. Y la supuesta "subversiva arrepentida" era en realidad una mujer que desde hacía tres meses estaba secuestrada en el centro clandestino de detención de la ESMA; por haber reclamado junto a otras madres, en Plaza de Mayo, a causa de la desaparición de su hijo.

Thelma Jara de Cabezas fue llevada bajo amenaza a la confitería Selquet y forzada a simular y a decir falsedades sobre su hijo. "Habla la Madre de un Subversivo", publicó un par de meses después la revista que dirigía Botinelli, en la colección primavera verano. No cualquier día, sino el 7 de septiembre. Es decir, el mismo día en que llegaba la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a la Argentina.

El tiempo pasó. Thelma sobrevivió a las vejaciones de la dictadura, denunció a Botinelli y murió el año pasado.

Botinelli, fue sobreseído en primera instancia, está vivo y sigue trabajando como periodista.

El periodista

Lo primero fue buscarlo: en 0.55 segundos, Google ofrece alrededor de 12.400 resultados sobre Agustín Bottinelli. El primer link es un perfil del Diario La Prensa. Clickeamos: un sinfín de artículos sobre diversos temas de la categoría “sociedad”.

Agustín Bottinelli, editor responsable del falso reportaje que le hicieran a Thelma Jara de Cabezas durante su secuestro. Agustín Bottinelli, jefe de redacción de una revista que pertenecía a la Editorial Atlántida, colaboradora de las Fuerzas Armadas durante la última dictadura cívico militar, una pieza fundamental de la campaña propagandística de deslegitimación de las personas detenidas-desaparecidas. Cuarenta y tres años después de haber coordinado la entrevista y luego de haber sido procesado por delito de coacción, Bottinelli sigue ejerciendo el periodismo.

Agustín Bottinelli: ¿qué más se sabe de él? ¿dónde está? ¿por qué no encontramos una sola declaración suya?

Sí sabemos que, en noviembre de 2014, se convirtió en el primer periodista de Argentina procesado por un caso de lesa humanidad. Después de la muerte de Aníbal Vigil, director ejecutivo de Atlántida y máximo presunto responsable, fue procesado por delito de coacción. Al año siguiente, la Cámara Federal revocó el procesamiento por considerar insuficiente la evidencia recolectada.

Y aunque internet ofrece más baches que certezas, van apareciendo algunas puntas. En los archivos judiciales figura un domicilio: un barrio dormido de Capital. Un edificio de más de treinta departamentos, un portero, varios perros. Tocamos el timbre que figura en el expediente y contesta una mujer joven. Vivo hace cinco años acá y jamás escuché ese nombre, disculpá. Si son treinta casas, alguna persona lo tiene que conocer, decimos. Pero los que lo conocían ya murieron o se mudaron, aporta Justino, el portero. Entonces le contamos qué sabemos y qué queremos saber. La respuesta de Justino suena conocida: no tenía idea de nada, él hablaba poco pero era muy amable. Es una gran persona Agustín… y un excelente vecino.

Me dejas helado. El almacenero que trabaja al lado del edificio nos mira, a Justino y a mí, desentendido. No estoy anunciando una muerte pero hay cierto sentido de pérdida en el aire. Qué increíble que nunca nos haya dicho nada, viviendo toda esa locura. Agustín es un tipo que no jodía a nadie. Al igual que esta nota, el almacenero confunde los tiempos: nadie sabe cómo hablar de Bottinelli en el presente.

El fotógrafo

El encuentro fue a las nueve de la mañana en un bar notable frente al Parque Lezama. La primera premisa: nada de grabadores. Hay cosas que no quiero que queden grabadas. La segunda fue el hartazgo que tiene Tito La Penna por escuchar, desde hace más de treinta años, las mismas preguntas. Entrar a Editorial Atlántida en 1977 le sirvió de pantalla para limpiar los 18 pedidos de captura que tenía, por motivos políticos.

Con las ganas de quien llena el mismo formulario de rutina, La Penna responde.

¿Te sorprendió cuando te enteraste que Thelma estaba secuestrada?

-No, pasaban cosas raras y terribles todo el tiempo.

¿Qué sabías en ese momento del periodista que hizo la entrevista?

-Era un compañero nuevo, así que no lo conocía.

¿Tuviste miedo en algún momento?

-Nunca. Porque me hacía cargo de lo que hacía, si tenía que caer, caía.

Media hora después de empezar a conversar, saca un cigarrillo de un atado de diez, que se lleva de una mano a la otra. Hace una hora y media que no fumo por vos.

No le hagas esas preguntas a la señora. ¿no ves que la comprometés?, le dijo Tito al periodista que entrevistó a Thelma ese día. Él no lo recordaba. Fue Thelma quien lo declaró durante el proceso judicial a Botinelli. Siento cierta tranquilidad de que, al menos, tuve un gesto favorable con ella en ese momento.

El abogado

La imagen que elige Pablo Llonto, periodista y abogado defensor de la familia Jara de Cabezas, es la de la denuncia de Thelma en 1984. Era realmente la imagen de una pionera que decidió hacer algo que difícilmente, en aquel momento que se corría el velo del horror, otros pensaban. Me quedo con esa imagen de ella en solitario yendo a hacer esa denuncia.

A Bottinelli, Llonto lo vio solo una vez. El día que finalmente se presentó en Comodoro Py para la indagatoria. Durante el proceso judicial, la querella sostuvo la acusación contra Bottinelli sobre el concepto de acción psicológica. Al respecto, el abogado explica:

“Este tipo de crímenes que provinieron del aparato estatal necesitaron de una propaganda que señalara que el gobierno militar había venido a poner orden y a purificar al país. Para hacerle creer a toda una sociedad que lo que estaban haciendo estaba bien, necesitaron de dos fuerzas poderosas: un aparato de inteligencia en el Estado que planificara la campaña de publicidad y ejecutores no estatales, medios de comunicación y periodistas, que se encargaran de difundir el plan. Uno por ahí escucha que dicen -Bueno, pero no mataron a nadie-. La dictadura se sostuvo gracias a la prensa. Su rol no fue solamente propagandístico: ayudó a que alguien delatara, tapara y ocultara. Y ese ocultamiento no era otra cosa que torturar, secuestrar y tirar desde aviones a miles de jóvenes al mar”.

Si hay alguien de quien desconfiar en la vida, es de un o de una periodista. Con el perdón de los compañeros y compañeras.

Víctima bajo sospecha

Cuando Thelma murió en octubre de 2021, Página 12 la recordó como un símbolo de la lucha por los derechos humanos. Pero cuarenta años atrás, cuando las FFAA la liberaron, para muchos era la madre que, después de haber creado la primera organización que denunció el terrorismo de Estado en el país, había legitimado al gobierno militar y traicionado a las madres.

Pablo Llonto explica que "el aguijón de la acción psicológica había pinchado hasta el cuerpo de los organismos de DDHH, que pusieron en duda la conducta de Thelma. No sólo sufrió su propio secuestro, sino también el sentir que se le daba la espalda una vez afuera. Entonces, el valor que adquiere esa lucha solitaria es muy fuerte".

El presente

En una entrevista brindada a Lavaca, Thelma contó que, durante su secuestro, un día se acercó un oficial joven y le dijo: “Vos nos debes odiar por todo lo que te hicimos”. Ella le contestó: “No tengo ese pensamiento. No odio. Lo que siento es un gran dolor, por ustedes y por nosotros”.

Hoy, mientras Llonto se ocupa de obtener más pruebas para demostrar la responsabilidad de Botinelli en el armado del falso reportaje, el ex jefe de Para Ti vive en la costa atlántica y, esporádicamente, sigue ejerciendo el periodismo.

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