“Por favor, no me toque”, “no se me acerque”, exclama el personaje de una jovencita encerrada en una casa con un adulto mayor, más conocido como el Maestro Roshi en un capítulo de la reconocida serie Dragon Ball Super.
En ese mismo episodio Roshi le pide a uno de sus alumnos que le permita utilizar los “servicios” de una de sus mascotas mágicas, la cual puede transformarse físicamente. Allí le aclara que lo que quiere es “que se convierta en una hermosa jovencita”. Y se justifica diciendo “mi punto débil son mis pensamientos pervertidos que deseo superar”. Mientras tanto, Woolong (un cerdo) hace un racconto de otras situaciones de abuso que sufrió por parte del hombre.
Estas representaciones fueron transmitidas en la pantalla de Cartoon Network LA (Latinoamérica), uno de los canales más vistos, que se ubica como la primera señal infantil de cable y que alcanza a niñes de entre 4 a 11 años.
La serie de Dragon Ball es uno de los animés más famosos de la historia a nivel mundial. El primer episodio se estrenó en 1989, mientras que el dibujo animado que se transmite actualmente por el canal infantil tiene una antigüedad de 12 años. A pesar del éxito que tienen sus capítulos, se han visto a lo largo de la historia varias escenas y diálogos con contenido sexista, y otras formas de violencia explícita, que hoy no pasan desapercibidas.
El reclamo
“Esto salió anoche en Cartoon Network LA en un capítulo de Dragon Ball Súper. ¿No revisan los contenidos antes de subirlos?”, criticó Ernesto Lamas, un usuario de Twitter quien se mostró muy enojado en sus redes sociales por el tipo de contenido que transmitió la reconocida señal infantil.
A raíz de este reclamo, el Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires presentó una nota ante la Defensoría del Público de la Nación respecto a la emisión de este capítulo: “El episodio que se vio en las pantallas de Argentina reproducía el ejercicio de violencia sexual por parte de un mayor hacia una menor, en un contexto de aceptación social, en el que se naturalizaba la vulneración de una niña. Estas representaciones, transmitidas en la pantalla de un canal que se ubica como la primera señal infantil de cable, configura un acontecimiento que las y los expone a la violencia simbólica”.
En ese escrito se expresó que “al tratarse de un canal instalado como referencia en contenidos destinados a la niñez y de gran alcance regional, no se realiza una supervisión exhaustiva por parte de las y los adultos a cargo, quienes depositan su confianza en los criterios de programación de los contenidos para esta franja etaria”.
Desde el Ministerio aseguran también que en Argentina hay niveles elevados de abuso sexual infantil y que más del 80 por ciento de las situaciones tienen lugar en entornos familiares. “Estamos hablando de una escena de abuso explícito y de complicidad del resto de los personajes que estaba en esa situación, y nos lo alertan personas que dicen: miren esto “, aseguró la ministra Estela Díaz en declaraciones a Radio Con Vos.
La Defensoría del Público recibió esta y otras denuncias, a partir de las cuales estableció un diálogo con todos los actores procurando generar espacios de intercambio, reflexión y propuestas de reparación simbólica de los derechos afectados. Como parte del procedimiento habitual se realizó un análisis sociosemiótico por parte de la Dirección de Análisis, Investigación y Monitoreo y luego un análisis jurídico.
Una vez que se constató que las escenas tensionan con el marco jurídico vigente y con el marco de derechos, la Defensoría se contactó con la señal Cartoon Network y Warner Media para transmitirles el resultado de los análisis y de los reclamos recibidos. Las empresas tomaron nota, decidieron revisar los capítulos y se comprometieron a realizar capacitaciones y campañas de concientización en materia de derechos derechos de niños, niñas y adolescentes en conjunto.
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¿Estos contenidos pueden afectar psicológicamente a lxs niñxs? ¿Resulta peligroso que circulen estas series en la TV? ¿En quién recae la responsabilidad? ¿Cómo se representa la sexualidad en los contenidos televisivos infantiles?
Juliana Belén Rodríguez Angenelo es transfeminista y psicóloga con perspectiva de género, ella explica que ante la duda de si contenidos como este pueden generar daño, surgen posibles respuestas: “une niñe que haya sido o esté siendo víctima de abuso sexual contra la infancia, podría experimentar angustia, ansiedad, agudización de síntomas; porque es, en otras palabras, una revictimización; está viendo en la tele, en el contexto de un contenido infantil pensado y dirigido a elles, cómo se banaliza —incluso desde el humor— un acto brutal. Está enviando un mensaje muy claro y terrible, además de disruptivo: eso que te pasó no importa, no es nada, incluso es motivo de chiste”.
¿Estos contenidos pueden afectar psicológicamente a lxs niñxs? ¿Resulta peligroso que circulen estas series en la TV? ¿En quién recae la responsabilidad? ¿Cómo se representa la sexualidad en los contenidos televisivos infantiles?
Por otro lado, aclara que en caso de “les niñes que no hayan sido o no estén siendo victimizades, no podríamos hablar de un daño per se; sin embargo, es un contenido que definitivamente no es apto para la mente infantil que aún no posee herramientas suficientes que les permitan discernir claramente lo que es aceptable de lo que no es, en términos de prácticas sexuales”. En ese sentido, la especialista resalta la importancia de la Educación Sexual Integral, que entre otras cosas apunta a proveer a las infancias de información y herramientas para habilitarles la autonomía sexual.

A su vez, Angenelo expresa que “el problema más grave en todo este asunto, es que contenidos de este tipo se sigan reproduciendo en un canal destinado a niñes, a esto le llamamos cultura de la violación: la producción, reproducción y circulación de prácticas y discursos sociales destinados a legitimar la violencia sexual, a culpar a las víctimas y a desviar el foco de quienes ejercen violencia”. Y agrega: “Mensajes como este, explícitos y no tan explícitos, están entramados en todos los medios de comunicación, en producciones culturales de todo tipo y en mandatos basados en el género”.
Por último, Angenelo explica que lxs adultxs son los responsables de lo que se les transmiten a las infancias, de cuidar los estímulos a los que están expuestxs lxs niñxs y de brindarles el espacio, la contención y la información necesarias para garantizar sus derechos. “El sistema patriarcal es el responsable último de la cultura de la violación y de sus efectos en mujeres, niñes y disidencias”, concluye.
Por su parte, Estefanía Tizziani, psicóloga también, explica que “en estos temas la mirada del otro (social) se juega de un modo muy particular, lo más relevante es si sanciona o no la conducta/hecho violento”. Y resalta la importancia de precisar que lo cuestionable es el contexto de aceptación y no en si la escena de violencia podría incluso ser una buena vía para tratar el tema con perspectiva de derechos.
Vigilar y cancelar
Al debate se sumaron otras posturas, que cuestionaron si la solución al problema estaba en la restricción de la difusión de las imágenes. En ese sentido, la periodista Florencia Alcaraz, hizo un posteo en sus redes sociales en el que reflexionó acerca del accionar del Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad frente a esta situación: "La idea era poder debatir, nunca cancelar. No sé qué debieron hacer porque no soy funcionaria pero esto no abre debate, lo polariza y es alimento para la derecha. Corta” y continúa diciendo que “es responsabilidad del Estado construir una instancia superadora ante la demanda que les llegó. Se supone que son especialistas, podían explicarle a la gente que demandaba sobre funciones narrativas y posiciones enunciativas. Porque si termina en censura perdemos todas”.
Por su parte, la abogada Ileana Arduino explica que “en cuanto a la cancelación, en general, es una práctica que en la medida en que pretende borrar, hacer ¨como si no hubiera existido¨, siempre limita la discusión y el intercambio. Si toda la acción es revisar y borrar, no hay transformación crítica posible. Sea de este capítulo o de cualquier material”. Arduino asegura que “en definitiva, lo importante es conectar la problematización de los contenidos, sin reduccionismos y en el marco de políticas más amplias que den sentido al debate. Si la medida conduce a reacciones defensivas y no problematizadoras, por adecuado que pueda parecer en abstracto la eliminación, es inconducente”.
Sin duda, la noticia abrió el debate sobre la importancia de reflexionar sobre el abordaje en los medios audiovisuales de los contenidos de niñez y adolescencia en relación a la perspectiva de género, sin embargo, entender que los medios pueden ser una poderosa herramienta para conocer y debatir sobre estos temas nos lleva a pensar que urge la necesidad también de continuar trabajando para fortalecer la Educación Sexual Integral como una política eficaz al momento de pensar la prevención de las violencias de género y la desnaturalización de prácticas que vulneran los derechos de las infancias.
Conocé más sobre el trabajo de la Defensoría del Público en torno a los derechos de infancias y adolescencias con perspectiva de género acá.